Let´s do it. martes, septiembre 27, 2005 |
lunes, septiembre 26, 2005 |
con mayúsculas tildado,
ensimismado
mascando mosca,
se me acerca
me toca por la espalda
y me dice:
- Oiga usted, espero no molestar, pero hace tiempo que tenemos conversación pendiente. En ello espero saldar deuda y que en un futuro no reclame charla, conversación, coloquio, comunicación o prosa... habida cuenta de sus reclamos. Es para ello necesario o conveniente que de un tirón me exponga la esencia, no se me ande por las ramas, ni me serpentee... hable.
Toco lomo
acariciando cuerpo
rechoncho y viscoso que asquea
-sin muesca que adivine-
limpio dedo en gusano
que no veo y
que reviento
asqueo doble
que relame el sapo,
todo verde él,
y digo:
- A ver ¿qué parte no entendiste? porque yo explicate todo. Y vuelvo a decir ¿qué parte del todo que yo explicate no entendiste?. Que claro, me dijiste, que quedó. Que claro, asentiste, te quedó. Di.... ay no digas que ya avisada era, quedé, porque ya lo sé.
Siento en charco
marrón, que no gusta,
que antes de lo sólido de la tierra que tiene
barro me llevo
aunque más tarde -cuando me levante-
ahora absorbo
el agua que en la superficie está.
Y sapo dice:
- Yo decítelo, tú eras sabida.
Ya ahí
para no remediar
digo:
- Ay sapo, sapo verde. Lo entendí, sí. Pero si ahora me hablas de un "ya te lo dije niña que no hiciste caso" mañana volveré y de nuevo iniciamos la conversación, con lo mismo, puesto que te aburre que lo sé, vayamos al secado.
Y el sapo,
todo verde él,
cierra ojos saltones que se van
infla mofletes que estallan
y éste echa lengua larga roja pasión
contra mi cara
y seca que te seca
y echa para atrás la lengua
y restriega con ahínco ésta
en todo su lomo lomero
que queda de gotitas de agua de piel.
sábado, septiembre 24, 2005 |
miércoles, septiembre 21, 2005 |
- Ni nigiciiciinis ni lichis, ti himis linzidi ini ipi histil, jíditi gilipillis.
Cerré los ojos y de espanto apreté tanto la taza de café que ésta se hizo añicos en mis manos. Durante unos segundos imploré que ese timbre de voz, en exceso agudo y diminuto, no proviniera de quien yo imaginaba, pero de nada valieron mis ruegos. Abrí los ojos, dirigí mirada inspeccionadora y ahí la vi, correteando por la encimera, huyendo como vil hormiga, a dos palmos de un golpe certero en el que podría aplastarla sólo con dejar caer mi mano, pero aún estaba perpleja ante ese: "Ni negociación ni leches, te hemos lanzado una opa hostil, ...." (de vital importancia es saber el por qué estas simples pintas negras sólo utilizan la vocal "i" negociación en su decir) y no pude por más que quedarme inmóvil, incrédula, descreida, imbécil y adjetivada en negativo durante un interminable instante.
-¡Cabeza, que me adorna, para qué te quiero! -me dije.
Mientras, procedente de la campana extractora podía oirse un rumor hormigueril que así decía "li grindi nis timi, li grindi is díbil...". Azul de ira (siempre creí en los colores de los sentimientos) y casi blanco roto de enojo decidí (para mis adentros) que ahora, sí ahora, negociando sí era una bestia.
Por lo tanto, sin consideración previa y sin ver ser vivo alguno, dirijo mirada localizadora hacia el techo (y de allí que rebote hacia todos lugares donde ellas habiten) y así dije:
- Queridas mías, mis convecinas, mis mimadas.... eso (titubeé , craso error), lo que nos ocurre a ustedes y a mí es algo así como una amistad mal empezada, por lo tanto aún solucionable, reunámonos mis... eso (agghhh).
- Vili grindillini, miñini i lis siis di li tirdi riiniín, hi dichi.
Me bastó oir esa palabra, reunión (para ellas "riiniín") porque automáticamente en mi linda cabecita se disparaban las primas de esa palabras, es decir, negociación, pacto, ganar... Por lo que decidí sacar mis armas villanas, compuestas por una camiseta ajustada donde rezaba "Negociando soy una bestia" y una ensayada mirada que congelaba al interlocutor.
Día siguiente. Fuí la primera en llegar a la sala de juntas (pues es mi salón y un paso mío suponen cientos de ellas) y me senté a esperar. En estas llegaron ellas todas vestidas con impecables trajes de corte italiano y maletines negros de piel a juego; ¡maldición estaban bien asesoradas !, no me dejé avasallar y tomé la palabra, y así comencé:
- ¿Tienen algo que decir o definitivamente comienzan su partida de este mi hogar? -sí, ahí estaba yo adueñándome de la situación y comencé a entreabrir ojos de mirada congeladora hacia mis equidistantes convividoras.
- ¿Ti is qii iris tinti? Ti himis linzidi ini ipi histil, piliti in ti tijidi...
Venían con la lección aprendida, me recordaron la opa hostil lanzada (dudo que supieran lo que es pero a pesar de ello, acojona) y acabaron con un demoledor "pelota en tu tejado". Mi turno.
- Con amenazas no lograremos nada. Para llegar a buen término en esta, nuestra, negociación propongo una serie de puntos, si al término de esta mesa negociadora no hemos llegado a un acuerdo me encargaré personalmente de echarlas a todas con una tremenda patada en sus negros culitos -y sonriendo dije- estos son: uno. les buscaré nuevo hogar en el campo, frente a mi casa, dos. todos los meses me pasaran un listado con las provisiones que necesiten, tres. no me saludarán cuando nos crucemos por la calle, cuatro. me darán masaje cosquillero en los pies los viernes por la noche, cinco. retirarán la opa hostil (por si acaso). ¿Qué me dicen? -y me recosté esperando respuesta satisfactoria.
Silencio del otro lado de la mesa, pese a un leve cuchicheo al fondo, pues habían venido así como unas seis mil doscientas quince hormigas más dos observadores internacionales. La reina hormiga se relamió las antenas, yo andaba sabedora de mi triunfo, y dijo de esta manera:
(pasaré a modo traducción simultánea, por la importancia de sus palabras en el declive de su nación hormiguera)
- Pinti pir pinti (punto por punto) sirí isí (será así): ini. ni di ciñi (uno. ni de coña) dis. ni, ni i ni, ¿i qií criis qii hiríi yi cin millín trisciintis mil hirmigis iciisis?, dil plini implii pisiriimis i li dilinciincii irginizidi, bidis mifiisis, iscritiris, gingiiris, pliiisticiiniris, itc... (dos. no, no y no ¿o qué crees que haría yo con millón trescientas mil hormigas ociosas?, del pleno empleo pasariamos a la delincuencia organizada, bandas mafiosas, escritoras, bingueras, playestacioneras, etc...) i dil risti, pirdini qii ni ti rispindi piri mi dirii li risi fliji (y del resto, perdona que no te responda pero me daría la risa floja), isi qii viti, viti y viti yi (así que vete, vete y vete ya), i ti linzimis ini ipi histil (o te lanzamos una opa hostil).
Entonces fue cuando las vi a todas, no las seis mil representantes que estaban en mi mesa, sino las millón trescientas mil hormigas salir de todas partes y sacarse del bolsillo interior de la americana unos tirachinas y cargarlos con espinas que pinchan y duelen una barbaridad, ante lo cual les dije así:
- Ruego unos minutos para llevarme... -en ese momento apuntaron a matar- ... pues lo puesto. Disfruten y sean felices.
martes, septiembre 20, 2005 |
Hizo resbalar mano sobre hombre con tirantes y la acompañó por la línea fina, la que estrechea.
Él sobre firme andando, ancho.
- Y dime -dijo ella intentando mantener el equilibrio- ¿cuan larga es la línea? mira... que levanto tobillo y doy la escapada por última.
Él sonríe, se sabe.
domingo, septiembre 18, 2005 |
y parecías feliz,
tanto
que costó desdibujarte la sonrísa
tanto
que invitaba a la imitación.
En éstas me encontraba,
placenteramente,
cuando se difuminó
la desbocada
la sibarita
la descomedida
sonrisa
y se volvió defectuosa
en su no existir.
viernes, septiembre 16, 2005 |
te regalo mentiras y jugamos al quite.
Y no te quedes
que ya no me quedan espacios.
No te abro
ángulos verás... es que te tendré en un ay.
Actuando con reciprocidad
estiro un pie y éste, que llega lejos, avisa de futuros y aconteceres.
Regresa y me cuenta:
"no, no hay nada" -me dice.
Lo cubro con un zapato
y le doy descanso
porque no vio ni percibió
y volvió tristón.
jueves, septiembre 15, 2005 |
Cualquier otro día podría sacar de ésto la parte divertida, no hoy.
miércoles, septiembre 14, 2005 |
El señor de la tienda se ha apenado por mí y me ha dejado contarle que yo lo que quiero es ser artista, que si el rayo me deja útiles los brazos aprendo a tocar el violín, que si el rayo me deja libres las manos yo escribo, que si el rayo me ilumina yo pinto, que si el rayo me deja libres los pies yo huyo, que si el rayo me deja vivir yo podría quererte... el señor antes amable me indica que es la hora de cerrar y que por favor abandone el lugar o se verá irrevocablemente obligado a llamar a seguridad. En fin... rayo decirte quiero que ya no me resisto, así que párteme si ese es tu deseo, en caso contrario, olvídame pues ando ocupada. He dicho.
domingo, septiembre 11, 2005 |
Mulder y Scully (en bloque)
sábado, septiembre 10, 2005 |
desenterrando batracios
Van dos. Dos que caminan juntos.Y caminan en silencio pues sabedores son que aman esos momentos en los que no es necesario que medie la palabra.
FIN.
Personaje que inquiere. -¿Por qué una historia tan corta? ¿Por qué das un fin tan prematuro cuando la narración no ha hecho más que comenzar?
Personaje autor del texto. -Sinceramente adoro las historias con finales tristes, pero me pediste un final feliz. Si escribo una frase más los dos personajes tomarían diferentes caminos y en sentido contrario, con tanto ímpetu que no volverían a encontrarse jamás. Por lo tanto, ahí tienes tu final feliz.
Personaje que inquiere. -Continuaré inquiriendo, salvo que te moleste... y advierto tu mirada pícara, señal de que gustas de este desasosiego. Y pregunto ¿no podría ser un final triste tras largos, enormes y largos, años de felicidad?.
Personaje autor del texto. -No, un final feliz surge nada más olvidar la angustia o justo cuando acaba un dolor de muelas o justo cuando logras coger un autobús que creías escapado... esas dos líneas son el único final feliz que te puedo ofrecer.
Personaje que inquiere. -Sólo eres un dedos rápidos.
jueves, septiembre 08, 2005 |
miércoles, septiembre 07, 2005 |
martes, septiembre 06, 2005 |
a tu costado sin injerto
para que en estas de caminar
me lleves sin yo presionar.
Serás de dictamen certero
aún siendo postrero,
pues he de habérmelas contigo
y, así, en disputas te lo digo.
Yo nadando en caudales de hambre violenta
tú habitando el soliloquio vehemente
más sé de un fin de muerte lenta.
Idearé un movimiento de tripas incesantes,
aún dolientes ellas pero
que a los dos nos haga deseantes.
domingo, septiembre 04, 2005 |
- Tú por estorbo que asemejas serás la escogida -me dijo para mi asombro pues ni saludo formuló.
- Esto... ¿escogida? no sé a qué se refiere -dije intentando esquivarle- disculpe aunque esto parezca una provocación simplemente mis pies me llevaron en el caminar a situarme frente a usted, mis disculpas -paso para rodearle di y paso hacia adelante proseguí.
- Quieta te digo, te prenderé en caso contrario. Quieta y escucha mujer, una misión que encomendarte tengo, pero antes dime ¿soy reconocido por ti?.
- Pues... no sé -y por su vestimenta y bromeando pensé decirle que segura estaba de que Miguel de Cervantes era- eres Miguel de Cervantes, sí -y sonreí pues creí que era broma compartida-.
- ¡Albricias!, no debí encomendarme a la suerte en el envío. No mujer, errada estás, pues soy William Shakespeare, y dejémonos de circunloquios y vayamos a la cuestión con cierta premura pues prisa tengo, encamínate y busca papel y objeto con el que escribir, compón la segunda parte de Romeo y Julieta, de argumento libre pero hilado con la historia primera. Y ahora marcho, adiós.
Y diciendo ésto continuó camino hacia adelante, cerré ojos instintivamente por el choque y al no sentir presencia y abrirlos había desaparecido. Casi sin pensar abandoné un paseo ya falto de interés y me encaminé a casa y allí escribí esto:
CORO. Odios ancestrales en estas dos familias de igualada nobleza nos llevan antre un sepulcro en el que yacen Romeo y Julieta. Ante ellos llora desconsolada el Ama.
GARY SINISE. A fe mía que el asesino ronda cerca, pues toco y compruebo que sí, calientes aún están.
AMA. ¿Asesino, de asesino habla? ¿Pues no es sabedor del suicidio engañoso de estos dos?, no, no lo es. Pues yo presta le cuento...
GARY SINISE. (Qué me aten a un mastil si reposo en oirla). No se moleste ya hasta aquí llegué para descubrir al matador. Ataré cabos, analizaré pruebas, comienzo por este puñal que en manos de ella está.
AMA. En error está, puesto que ese puñal de Romeo es, por lo tanto las huellas de sólo ellos dos llevará, de él por ser dueño y de ella por ser la que lo clavó en sí misma, más si lo pienso también las mías pues yo saqué puñal por si tan recién hundido estaba que aún no hubiese rozado órgano, hecho no acaecido así, pues yace muerta ella.
Posible exposición pública de idiotas. jueves, septiembre 01, 2005 |
- Pero entonces, ¿no crees que yo estaría en desventaja ya que sólo tendré una entrega? -reclamó él.
- Ese es tu problema, el mío será calibrar entre una entrega y la otra -finaliza ella.