Creo fírmemente en mí, a veces, tanto que prometí a mí misma la más sagrada de las promesas: no exponerme jamás.
Tan vana fue mi promesa, que a pesar de encontrarme tan radiante que rivalizaba con el mismísimo astro sol, tardé en caer lo mismo que lo hace un alcohólico vano en el alcohol.
Hallándome en mitad de la exposición radiante me duele hasta el alma, lo supe cuando, en una segunda pasada de pasillo largo de mi casa, vi una lágrima que se calló en una primera pasada de pasillo largo de mi casa.
Y estoy tan segura de la caida, a pesar de mi fingida rivalidad con el astro sol, que ya voy acomodándome a ella, dispuesta, preparada, arreglada, amoldada....
30 septiembre, 2008 13:52
Hay promesas que no pueden mantenerse como quisiéramos, por mucho que lo deseemos, por mucha fe que tengamos... top
03 octubre, 2008 00:17
Isthar eres una chica lista, lo cual te acarreará muchísimos problemas. Y aunque no consuele, a mí me gustas. top
27 octubre, 2008 04:32
Sinmás... el tiempo y las nostalgias me trajo de vuelta a encontrarte!!
y que gusto me ha dado!!!
besos !!! top
03 agosto, 2009 00:59
la ultima palabra del amoldamiento me choca un poco con la imagen mental que dibuja el resto del lírico texto.
Pero a lo mejor son cosas mias. top
06 septiembre, 2009 05:03
O quizás, Rufus, sigan siguiendo cosas mías.... !qué de tiemp ha¡ top