Mi linda cabecita anda últimamente en extremo ocupada y -dice- que aquejada está de overbooking. La mayor parte del tiempo tengo las neuronas arrinconadas y temerosas de la próxima petición que les hace ésta que suscribe, que soy yo: ante lo cual ellas, siempre listas, siempre avispadas, en extremo sarcásticas, se van al escondrijo más apartado y obscuro de mi cerebro y allí hacen alguna orgía perversa que las mantiene tan ocupadas que no recuerdan que han de tomar el control de esa, de mi linda cabecita.
Hecho real
Mantenía, esta tarde, una conversación telefónica en inglés. En mitad de ella, de la conversación, mi interlocutor ha comenzado a reírse de tal manera que la formalidad de la conversación ha tornado en jolgorio histriónico. Le he preguntado, siempre en inglés, sobre lo que yo había dicho y que había motivado tales carcajadas y que por favor lo compartiera conmigo, pues es de recibo que me llegue parte, aunque minúscula, de la risa desordenada que provoco. Él, muy amablemente, y tras poder contener su sincera carcajada, ahora con meditada sonrisa , me responde que se tiene prohibido hablar de sexo a las cinco de la tarde, en horas de oficina, y que ante todo esperaba que “esa” parte de mi cuerpo no andara llegando a los sitios más tarde que yo y que de seguro, seguro, seguro a su oficina no había llegado. Y ante mi “excuse me” a él le vuelve la carcajada ruidosa. Y ante su “and now excuse me, please” mi “It was an absolute pleasure”.
Conclusión ->
He de revisar vs perfeccionar mi inglés.
Hasta aquí todo correcto, todo normal... sino fuera porque les llega un fax urgente a la atención de las siete neuronas que quedaban, como servicios mínimos para mi control, de las otras cientos de miles que andaban allá por el lado obscuro, avisándoles de que la orgía se ponía verdaderamente interesante. Por lo tanto los huecos, no ocupados, de mi cabeza cavilaron lo siguiente:
Pos-Conclusión ->
Sí, ciertamente, he de revisar y perfeccionar mi inglés porque a lo largo de la historia han sido innumerables los pueblos que han conseguido dominar el mundo. En su afán por el sometimiento, en primer lugar militar, pero más tarde cultural, político o religioso, las lenguas han ido imponiéndose en los territorios conquistados dando lugar a la aparición de nuevos idiomas, mezclas del conquistador con el conquistado, u obligando al abandono de la lengua materna para la cruel imposición del idioma dominador. Desde los acadios, posiblemente el primer imperio, los babilonios, los asirios, los persas, macedonios, romanos, hunos, bárbaros, árabes..., hasta los más actuales, los españoles, portugueses, franceses, ingleses, alemanes... y, como final de fiestas, los americanos (en ese momento la neurona listilla coge, desde un neurotransmisor renegado, un altavoz y me dice tal que así:
- Mi querida poseedora, tus desvaríos –que ya me son conocidos- me tienen en alerta, más éste que nuevo es me tiene descontenta. Pues ¿no eres consciente que luego yo he de recolocar los desperfectos que tú dejar?. De orgía rica venenosa he venido a arreglar este hecho, que aunque mi cometido sea, no deja de ser penoso que de la venenosa, orgía, aquí me venga cual Sancho a arreglar entuertos, más, ahora que lo pienso y ahora que en orgía estaba, ya avisada eras de que no encauzaría más cuando tú desvarías. Así que yo, regreseme y tú quedete, yo sólo te diré –con cierta ironía, pues sólo más liarte haré- y ya que en la historia inmersa estás, que en el 2272 el hijo de Pepi I subió al trono de Egipto con el nombre de Pepi II y que Pipio el Breve fue el rey de los francos (pues eran personas verdaderas y sencillas) y que Canuto de Dinamarca creó el imperio escandinavo. Hala, buen día tenga vuestra merced. He dicho.
Y, la muy bribona, se da a la fuga, y me abandona con mi pos-conclusión, ella sabrá, allá ella.)
Yo, desde mis huecos, retomo. Americanos, llegamos a los americanos y a sus múltiples formas de sometimiento. El idioma, una de ellas en la que yo estoy interesada. El inglés, idioma imprescindible para cualquier conversación en inglés (¿qué quieren si andan ellas, las neuronas, en orgía rica venenosa?).
Pos-Pos-Conclusión ->
En todo lo anteriormente reseñado, absolutamente todo, no hay lugar a dudas. Pero, ya que ando desocupada en el plano mental (en otros también, pero no es lugar para tal comentario) daré una vuelta de tuerca más.
Citándome a mí misma -siempre quise decir una frase que comenzara así y esta era mi oportunidad-, dije, anteriormente, que “a lo largo de la historia han sido innumerables los pueblos que han conseguido dominar el mundo” pues bien, si profundizamos en tan maravillosa e ingeniosa frase, obtendremos la no desdeñable idea de que en un futuro no muy lejano otro pueblo, región, país, comunidad histórica, nación... nos dominará. Por lo tanto, -una vuelta de tuerca más, sólo una, cicatrizo rápido-, y si esta dominación está próxima a sucumbir no tendría, necesitaría, debería, sería aconsejable que perfeccionara mi inglés.
The-End-Conlusión ->
En la universidad obtuve un notable en estadística (verdadero), por lo tanto, no me ha sido complicado hacerme unas tablitas, sumadas a una básica regla de tres, y llegar a la estimable conclusión de que el próximo país que nos dominará será Samoa, situada en el Pacífico Sur. Por lo tanto, mañana cojo un avión e ipso facto aprendo el samoes (si por esta palabra se conoce su idioma) y de paso, y como avanzadilla, me entero de cómo va esto de la próxima implantación de lo samoitanos (si por esta palabra se conoce a los naturales de Samoa) como dominadores del mundo.
Nota de la autora: todo lo anterior se podría haber resumido en un “quiero aprender samoes” e ilustrarles con la siguiente fotografía, pero creo que la explicación hasta llegar aquí ha merecido la pena. Lo sé.