Sin apenas darse cuenta, a ella se le instaló la tristeza. La pesadumbre le pesaba tanto que era vistada por cierto ahogo asfixiador y la congoja se le transformaba en torpes hipidos y el tedio la masajeaba mientras el gran pesar le daba abrazos... y más sensaciones que por no aburrir, dijo, no me contó.
En cualquier caso, el mundo se le convirtió en un lugar más pequeño y con las aristas tan afiladas que daban verdadero pavor, tanto que a cada movimiento, en certera huida de su tristeza, se le clavaban más profundas.
En cualquier caso, el mundo se le convirtió en un lugar más pequeño y con las aristas tan afiladas que daban verdadero pavor, tanto que a cada movimiento, en certera huida de su tristeza, se le clavaban más profundas.
Llegados a este punto he de decir que no la creí, al menos en extremo. Sólo su realidad se me presentó como certera cuando, tras contarme que la nube que la sobrevolaba, sólo a ella, también le dejó de llover -por contagio de la tristeza dijo-, comprobé in situ la negrura y sequedad de la nube.
24 noviembre, 2006 16:00
Hágase la lluvia y la lluvia se hace. Así es de sencillo para los magos. Por eso las autoridades sanitarias tratan de convenceros de que no existimos.
Hágase la lluvia
Se feliz top
25 noviembre, 2006 07:57
Ahora resulta que hasta la tristeza va de okupa... habrá que desalojarla y rápido!!! top
28 noviembre, 2006 06:16
ahora entiendo!!!
se me había perdido una nube hace días, pensé que sería como la hija pródiga y dije: " Ya volverá la malagradecida"....
pero ahora veo lo que le ha currido...
seca y negra llena de tristeza!! y luego yo dándome topes por no encontrar inspiración mojada..:(
besos sin más:) top