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jueves, marzo 30, 2006 |

Cuando mis pies pasan el día en sus zapatos.

De un tiempo a esta parte hay una idea que me ronda. No ceja, la muy incauta, en su empeño de seducirme y galante se me muestra. De enloquecedora verborrea hace gala y sin dejar de agasajarme me cuenta aconteceres futuros, mientras me guiña pretendiendo compartir un no sé cuándo que no sé qué. Aparenta, la muy astuta, ser juiciosa en sus argumentos cuando amenaza con quedárseme. Me lanza inocentes requiebros haciendo vana ostentación de un lucir claro, transparente y plano, sin aristas que desgarren el alma -dice-. Yo no le doy mucho crédito, pero de vez en cuando, se me olvida como las gasta esta idea y me abandono y me rindo y me dejo y me enredo y entonces me conquista y me deleita y me complace y me suspende el ánimo y por último sucumbo, pero sólo de vez en cuando.

sábado, marzo 25, 2006 |

Con congoja me hallo, leve pero a fin de cuentas congoja es.
Debido al lamentable estado de profundo vacío en que se encontraba mi frigorífico decidí hacer una rápida visita al centro comercial, a pesar de que acudir a una gran superficie con sus miles de humanos apretaditos todos ellos no forma parte de la idea que tengo de pasar una agradable tarde de sábado, me hallo en la tesitura emocional de fidelidad a mi frigorífico y la necesidad humana de ingerir alimento.
Una vez que me encuentro dentro del lugar advierto que la presencia de humanos allí es más copiosa que la habitual, cientos de miles de millones de niños hacen hilera en espera de vez -cola- y mi curiosidad hace que mi cuello adquiera, por arte de magia, tres centímetros más para, por encima de la brutal concentración humana, divisar qué demonios está ocurriendo.
A lo lejos percibo un escenario que asemeja un bosque y en el centro él, Winnie the Pooh, repartiendo abrazos, eso sí, cortos pero con tiempos suficientes para que una marea de entregados padres puedan hacer la foto a la chiquillería.
Ni corta ni perezosa me uno a los que esperan vez, flexionando hasta lo indecible mis dos piernas para parecer más bajita y no ser descubierta, porque dado los tiempos que corren no estoy por desaprovechar un abrazo aunque sea de Winnie the Pooh. He comprado con chicles de menta de gran picor el silencio de los niños que se encontraban en mi derredor, pero de nada ha valido porque tras avanzar unos diez metros en la cola un mocoso de enormes ojos azules ha comenzado a llorar, imagino que por el picor del chicle de marras, y el guardia de seguridad se ha percatado de que una no-enana aguardaba su añorado abrazo por lo que he sido abordada e invitada amablemente a abandonar el lugar, una vez en la puerta he sido declarada persona non grata en el centro comercial y alrededores. En fin... otra vez será, no escatimaré los intentos cuando se trate de conseguir un abrazo.

Hoy pensé que es maravilloso que la palabra "hermafrodita" sea femenina, porque zanja definitivamente la cuestión, por injusta, del sexismo... jueves, marzo 23, 2006 |

Sería divertido poder verme, por un agujerito pequeño, en lo que imaginé hace diez años que sería mi vida a día de hoy, en este preciso instante. O quizá no fuera tan divertido. No sé.
Aunque definitivamente es lo mismo, todo da igual.
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(lo siguiente es una continuación del título, por falta de espacio, debido a su importancia y a la necesidad de su aclaración -a veces, sé e intuyo, que estos pensamientos míos he de hacérmelos mirar):
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en el lenguaje, ya que alguien que reune los dos sexos y la palabra que lo define resulta ser de género femenino, resulta, cuando menos, muy sintomático y esclarecedor.

miércoles, marzo 15, 2006 |

Me caso.

En mayo me caso. Y he tenido la petición de matrimonio más bonita que se pueda imaginar. Ocurrió, ésta, ayer por la noche junto a una piscina de alegre figura curva, sobre ella reflejos turquesas -que no azules- y verdes de luces buceadoras que bailaban nerviosas hasta estrellarse contra muros rodeadores.

Él, les hablaré de él. No hay nada que me atraiga más en un hombre que su inteligencia, y si junto a esto último se da una pizca de magia que me corte la respiración si me mira o activa mariposas pendencieras y chocadoras como torpedos en mi estómago, está todo hecho. Él posee una mezcla de inteligencia y mirada clara que asusta. Pero no precipitaré acontecimientos y comenzaré por el principio relatando cómo le conocí.

Spam (35), nunca los abro, pero siempre repaso el asunto y remitente por si fuera alguien conocido. Y ahí estaba él, entre el correo basura, en asunto Limpiapiscinas Inteligente, si hay algo que me exaspera es la prepotencia y presentarse así mismo como inteligente me pareció un alarde estúpido, si al definirte no afinas se puede volver en tu contra, pero no me pude resistir y le contesté con todo el sarcasmo que me fue posible. Me contó que le era imposible hacer amigos ante lo cual decidió enviar correos masivos y que en dos palabras era difícil definirse así que optó por profesión-cualidad; obvió, por entendible, mi sarcasmo. A partir de ese día iniciamos una correspondencia diaria de tal intensidad que decidimos vernos. Nuestro primer encuentro fue lo más inusual que he visto en mi vida, ahí estaba yo sentada, tomando un café -agua destilada él- ante un robot limpiapiscinas de última generación realmente inteligente y con una facultad para sentir que jamás creí encontrar.

Yo le entregué mi alma y él me entregó sus... rodillos.

Sé que la vida no será fácil para nosotros, pero ¿para quién lo es?.

domingo, marzo 12, 2006 |

Debido a mi trabajo al cabo del día he de hablar por teléfono con algunos organismos públicos, a las personas a las que me dirijo ya me conocen y basta con decir mi nombre para que me pasen con ella/él y mantengamos una afable conversación, consistente en saludos varios, qué tal nos va todo y pase con capota de grana y oro al quid de mi llamada.
Últimamente algo había cambiado y es una alocución grabada la que te hace elegir entre opciones disponibles, una vez elegida la correcta basta esperar. Pero el viernes pasado algo más había cambiado, la última alocución decía así:
"¿Desea ser transferida?", a lo que contesté "Sí", "Espere está siendo transferida" fue su respuesta.
Y eso hice, esperar. Esperé en modo off, y tanto fue así que al volver al modo realidad, mi cabeza se había colado por no sé donde y había aparecido justo por el auricular del señor del organismo público con el que deseaba hablar. Él no pareció estar incómodo o contrariado con tener mi cabeza física a unos centímetros, por lo que disimulé mi malestar y me limité a saludar, preguntar por su salud e inquirir sobre unos temas de ims. Me despedí de la forma más amable, sincera y rápida que me era posible y colgué. Mi cabeza pasó por la linea telefónica y volvió a su estado normal, sobre mi cuello. Ni un pelo, de ésta, se inmutó.
No me gustan las alocuciones grabadas, despersonalizan mis días.

lunes, marzo 06, 2006 |

Hacías de mar abierto
mientras tu norte se tornaba sur.

Cerré filas angostas alrededor
mío
y simulé ser guerrero
cuando me llamamos
vencida.

A mía sobre tuya
sucede que cerraste cuando empezó
el dolor.

A postrimeras se asemejó
inconcluso
con dictamen de repentino.

Y ahora hice -en pasado-
la ira mía.