Bah, sí, admito que esta mudanza me sobrepasó:
"martes, junio 28, 2005
Debido a sucesos que se escaparon a mi control y problemas de fechas a mis amigos les fue imposible ayudarme con la mudanza, así que tiré de la guía de "incondicionales" y ellos muy amablemente me ofrecieron su ayuda.
El primero en llegar fue Michael Bublé, siempre tan puntual él, impecablemente vestido de Armani y complementos Louis Vuitton. Le ofrecí para cambiarse una camiseta, su mirada clavada en mí fue su respuesta. No se habló más de ello. Sigue por aquí llevando bultos de aquí para allá.
Entrada espectacular de Frank Sinatra, con una sonrisa inmensa y picarona, aunque un poco palido el muchacho. Le hice prometer que nada de venir acompañado de los Rat Pack y "ni hablar -le dije- de aparecer con un grupito de coristas", anda por ahí de un lado para otro, aunque nunca le veo con maletas, queda bonito, canta bien.
Por sorpresa, aparecieron Nine Inch Nails, muy nerviosos, supongo que por la emoción de mi mudanza y por el hecho constatable de que no se puede pasar por el pasillo ya que está todo lleno de maletas, bolsas, todo tipo de continentes y todo tipo de contenidos, y aún más por el hecho, también constatable, de no tener ayuda.
También apareció, pero durante breves segundos, Bessie Smith y nada más vernos dijo "no pinto nada entre tanto blanquito", y desapareció. Nadie dijo nada, nadie se inmuntó.
La Velvet Underground no dejaban de tararear "Here she comes now" y me dicen que soy fuerte, muy fuerte... que puedo con esto yo sola y sonríen cuando les cuento que me instalo en una casa en la que aún no hay muebles y que hay objetos -como un televisor- que sólo alcanzo a levantar o mover pero no transportar y qué no sé cómo lo voy a hacer, en fin... al final también sonrío yo -pero dando gracias a que no viniera la hija de Juan Simón-.
Satie, me acompañó en los descansos en esos en los que me haría desaparecer, le adoro, gracias.
Gracias a todos."
Pero, permítanme preguntarme, si no es agotador que todos los enseres que posean se hallen estratégicamente colocados en el suelo y formando éstos trincheras, pasillos, carreras de obstáculos ,donde sólo existen estos, los obstáculos, y un minúsculo pasillo a modo de "si mueves el pie pisas cedeses, cables, platos, bolsas de desconocido contenido, botes de maquillaje para estallar decorando paredes una vez pisados".... y un innumerable largo etcétera, pues sí lo es, es agotador. Pero, afortunadamente, a veces soy una inconsciente y no puedo dejar de planear de que haré los canapés para la legión de duendecillos que vendrán a colocar todo en su sitio cuando tenga los muebles.
Sólo nos hemos instalado dos vecinos en el edificio -aunque todavía no me he cruzado con los seres, sé que existen- así que sintiéndome aislada y sola, ésta se pasa las tardes enteras -bendito horario de verano de tardes libres- con La Traviata agonizando a grito pelao, así que el jueves que había quedado para cenar, mientras me encaminaba al ascensor oí una voz, -posiblemente de obreros aún terminando detallitos en otros pisos- que ganaba a la pobre María Callas en sentimiento y en volumen, decir "a ver... la culta del primero e que se deje ya de todos esos líricos gritando y nos ponga algo más marchoso o que se compre unos auriculares", yo ni mu, apretando el botoncito del ascensor que me esperan para cenar, pero con cara de "si me llueve un martillo ya sé quién ha sido".
Abrir la puerta del coche, sentarme, ver la cara de mi acompañante casi desencajado que me dice "¿qué te has hecho en el pelo?", fue un maravilloso momento que me hizo recordar que aún no tengo espejos en casa y que claro, mi "yo bueno y compasivo" cuando me estoy peinando al vuelo me dice que he quedado super monísima pero me era conocido que ese "yo... ivo" se pasa un huevo, así que le miro de reojo y le digo "no, nada, niño que... debido a que las ventanas equidistantemente colocadas lo están de forma estratégica hacen que en el centro neurálgico del pasillo se formen unos vientos alisios de cojones, lo de la Dorita no fue nada comparado con mi pasillo, y eso... que me estropean el peinado, ¿qué vamos a cenar?".
"martes, junio 28, 2005
Debido a sucesos que se escaparon a mi control y problemas de fechas a mis amigos les fue imposible ayudarme con la mudanza, así que tiré de la guía de "incondicionales" y ellos muy amablemente me ofrecieron su ayuda.
El primero en llegar fue Michael Bublé, siempre tan puntual él, impecablemente vestido de Armani y complementos Louis Vuitton. Le ofrecí para cambiarse una camiseta, su mirada clavada en mí fue su respuesta. No se habló más de ello. Sigue por aquí llevando bultos de aquí para allá.
Entrada espectacular de Frank Sinatra, con una sonrisa inmensa y picarona, aunque un poco palido el muchacho. Le hice prometer que nada de venir acompañado de los Rat Pack y "ni hablar -le dije- de aparecer con un grupito de coristas", anda por ahí de un lado para otro, aunque nunca le veo con maletas, queda bonito, canta bien.
Por sorpresa, aparecieron Nine Inch Nails, muy nerviosos, supongo que por la emoción de mi mudanza y por el hecho constatable de que no se puede pasar por el pasillo ya que está todo lleno de maletas, bolsas, todo tipo de continentes y todo tipo de contenidos, y aún más por el hecho, también constatable, de no tener ayuda.
También apareció, pero durante breves segundos, Bessie Smith y nada más vernos dijo "no pinto nada entre tanto blanquito", y desapareció. Nadie dijo nada, nadie se inmuntó.
La Velvet Underground no dejaban de tararear "Here she comes now" y me dicen que soy fuerte, muy fuerte... que puedo con esto yo sola y sonríen cuando les cuento que me instalo en una casa en la que aún no hay muebles y que hay objetos -como un televisor- que sólo alcanzo a levantar o mover pero no transportar y qué no sé cómo lo voy a hacer, en fin... al final también sonrío yo -pero dando gracias a que no viniera la hija de Juan Simón-.
Satie, me acompañó en los descansos en esos en los que me haría desaparecer, le adoro, gracias.
Gracias a todos."
Pero, permítanme preguntarme, si no es agotador que todos los enseres que posean se hallen estratégicamente colocados en el suelo y formando éstos trincheras, pasillos, carreras de obstáculos ,donde sólo existen estos, los obstáculos, y un minúsculo pasillo a modo de "si mueves el pie pisas cedeses, cables, platos, bolsas de desconocido contenido, botes de maquillaje para estallar decorando paredes una vez pisados".... y un innumerable largo etcétera, pues sí lo es, es agotador. Pero, afortunadamente, a veces soy una inconsciente y no puedo dejar de planear de que haré los canapés para la legión de duendecillos que vendrán a colocar todo en su sitio cuando tenga los muebles.
Sólo nos hemos instalado dos vecinos en el edificio -aunque todavía no me he cruzado con los seres, sé que existen- así que sintiéndome aislada y sola, ésta se pasa las tardes enteras -bendito horario de verano de tardes libres- con La Traviata agonizando a grito pelao, así que el jueves que había quedado para cenar, mientras me encaminaba al ascensor oí una voz, -posiblemente de obreros aún terminando detallitos en otros pisos- que ganaba a la pobre María Callas en sentimiento y en volumen, decir "a ver... la culta del primero e que se deje ya de todos esos líricos gritando y nos ponga algo más marchoso o que se compre unos auriculares", yo ni mu, apretando el botoncito del ascensor que me esperan para cenar, pero con cara de "si me llueve un martillo ya sé quién ha sido".
Abrir la puerta del coche, sentarme, ver la cara de mi acompañante casi desencajado que me dice "¿qué te has hecho en el pelo?", fue un maravilloso momento que me hizo recordar que aún no tengo espejos en casa y que claro, mi "yo bueno y compasivo" cuando me estoy peinando al vuelo me dice que he quedado super monísima pero me era conocido que ese "yo... ivo" se pasa un huevo, así que le miro de reojo y le digo "no, nada, niño que... debido a que las ventanas equidistantemente colocadas lo están de forma estratégica hacen que en el centro neurálgico del pasillo se formen unos vientos alisios de cojones, lo de la Dorita no fue nada comparado con mi pasillo, y eso... que me estropean el peinado, ¿qué vamos a cenar?".
09 julio, 2005 12:37
plas plas plas... no podrás escuchar ni mis aplausos ni mis risas, buenisimo buenisimo...Lo que más me ha gustado es el pensar que entre esos duendecillos me encontraré yo y el saber que habrá canapés... me hace como tener más ganas de ir a verte jajajaj.
Besos reina top
09 julio, 2005 12:52
Lee, dije que no sabía de que haré los canapés y es posible que siga en ese desconocimiento. Pero no nos alarmemos que poseo un arsenal repleto de todos los folletos de comidas a domicilio :-)
Invitada estás, pero no vengas en plan duende, que me dan un poco de grima XDDDDD top
09 julio, 2005 18:25
Bueno.. tú comerás con uno de esos folletos que tienes de comida a domicilio mientras yo me comeré una buena paella con bogavante que parece ser que ponen muy buena por esos lugares. Animo que ya queda poco¡¡¡¡¡ top
10 julio, 2005 12:09
Cómo puede ser que Frank Sinatra estuviera ayudandote en tu mudanza, si estaba en mi casa montandome el armario del IKEA?
Alguien miente pequeña top
10 julio, 2005 12:21
Puede ser, me alarmó su acento gaditano aunque no quise darle más importancia en aquel momento, ahora que lo pienso llevas razón. Tendré que ser más selectiva con mis "incondicionales". top
10 julio, 2005 13:24
lugar_donde_mamifera@hotmail.com top
10 julio, 2005 19:53
Hace tiempo que no me reia tanto. Mundial, realmente mundial.
Por cierto, como dice el proverbio chino, si tu mejor amigo te clava un puñal por la espalda, debes desconfiar de él. top
10 julio, 2005 20:48
Querida anónima por más que doy dos palmadas cerrando los ojos o froto bombillas (aún no tengo lámparas) todo sigue esparcido y sin orden por el suelo, en fin...
César no conocía ese proverbio, imperdonable. Mi por cierto va encaminado a otro proverbio también chico que dice, guardate de los donuts radioactivos posiblemente te salga un leve sarpullido. top