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jueves, diciembre 29, 2005 |

sin title
Hace días que deseo de forma vehemente poder dormir y cuando, por instantes, logro conciliar el sueño éste me regala unas pesadillas magistrales, realmente elaboradas de tramas imposibles. He alcanzado en esos instantes de esos días mis cuotas más altas de tenebrismo, incertidumbre, aflicción, desolación y gilipollez. Por todo ello, por algunas hechos más que no lograré entender y porque me da la gana, he decidido trasladarme a vivir a Marte.

En primer lugar porque allí tiene su residencia habitual el dios de la guerra y en mi estado de continuo insomnio no sé si me poseerá la mala leche, el boxeo desmedido y desmadrado, la mente mala, el tesón terco o vaya usted a saber qué y éste seguro que pone remedio, de mi agrado o no, pero lo pone.

En segundo lugar porque allí se vive del revés, boca abajo y sí podré dormir. Porque lejos de lo que se cree, el universo se encuentra plácidamente sujeto con cuatro preciosos y finos alfileres por lo que éste en su longitud es totalmente plano. Por cierto, he solicitado lugar soleado, poco transitado, con vistas a la tierra y en giro para atrás al sol, tierra rojiza abonada para plantar árboles que me alimenten.

En tercer y último lugar porque no tengo donde ir y porque en televisión está Paloma Chamorro con una enormísima capa de pelo que le redondea hacia arriba como tres pisos de cabezas más y creo que me está entrando sueño... presentaba ésta un programa, La Edad de oro, esta noche rescatan algunas actuaciones. Me viene a la memoria una que vi, no recuerdo el nombre del grupo sólo que la canción se llamaba Ugly, el cantante entregadito él a su público y en el momento más algido de la canción pasea su mano que roza las de su amantísimo público, también entregadito, hasta que un individuo del público imagino que no muy entregadito le sujeta su gordita mano y le quita un anillo, y claro en estas situaciones... parón de la actuación, el cantante brazos en jarra que no continúa hasta que no le devuelvan tan preciado objeto, un medio caos que no recuerdo como acabó. Ahora entrevista a la publicista de The Residents, ellos sentaditos al lado con cabezas que asemejan ojos, actuarán tras unas vendas que les permitirán no ser reconocidos, por mí que no se preocupen, no les recordaría a cara descubierta. El público fuma. En serio, creo que en su cabeza, en la de Paloma Chamorro, habita una civilización desconocida, podría tratarse de la Atlántida. Si al final no logro mi traslado a Marte me autoinvitaré a vivir en el pelo de Paloma Chamorro, espero que los atlantes sean sociables (respiro)... vaya ahora parece que vuelvo a no tener sueño.

lunes, diciembre 26, 2005 |

Cuento navideño.

La condesa Bathory adorna senderos con larga capa roja, desencapuchada ella senderea roces de esquina de capa con árboles y mientras arrástrala barre tierra, piedras, hojas y sesga cabezas de hormigas reina. Atrás cuatro, ella cinco delante cada vez más, camina a saltitos -rememorando sólo que un dedo desnudo, el único, le recorrió la espalda hundiéndosele tragantos en la corcova-Thorko que en la mano más corta agarra cesta y ésta está en estallido con ser sonrosado rojo dentro que levanta tapa para un dos tres cuatro.. respirar.
- Déjame morderte el cuello, prometo un no roce vertiginoso a la yugular -dijo voz con giro medio de cuello para que ésta quede atrás para cuando él llegue al punto.
- Señora, eso dijo la última vez y aún voy por ahí arrastrándome en sobras de sus baños para reponerme ¿no ve lo delgado y raquítico que me abandona saciada? -dijo adelantando dos pasos en uno medio suyo-. Además su esposo estará a punto de llegar y no querrá que la sorprenda con dos finos hilos de sangre de sus afilados colmillos parte abajo bailando en su labio inferior. A menos que su diatriba sea mando yo sigo aquí atrás, señora.
- Maldita sea, Thorko, aburres y no me alcanzas. Replicas y replicas y más réplicas... aburres querido Thorko.
Ya, ella cuatro él cuatro para cinco atrás, la condesa gira cuello largo a la izquierda y para en seco, ya él cuatro para tres atrás párase también en seco y careciendo de cuello gira todo cuerpo a la izquierda, pero no divisa nada, no por falta de cuello sino de ser tercios menor que otros -de paso ya parado golpea tapa que el ser de dentro, sonrosado él, continúa poseyendo respiración-.
- Señora ¿por qué para? ¿acaso viene en origen una desgracia que no alcanzo a ver, señora dígame algo no ve que desde aquí yo no puedo ver?.
- Maldita sea Thorko... -dice ésta sin giro de cuello, que aún lo tiene dirigido a lo que vió- mira allí -y señala mano fina huesuda tras largo brazo en dirección a lo que vió-.
Unos tres árboles, sinuoso sendero y dos metros y medio allá se divisa loma abajo columna de humo. Con un toque, como de tecleo de dedo, la condesa señala y redirige pasos con fija mirada al lugar elegido.
- Thorko sígueme, diviso lugar de combustión.
- Señora se hizo tarde, me tiene caminando cuatro atrás desde no sé cuándo... señora..
Prosiguen lo comenzado cuando la condesa remontada la loma sonríe relamiendo labio inferior -sobre el que bailan hilos- y divisa abajo una casita con seres, sonrosados como el ocupante de la cesta, alza capa para su frenado cuesta bajo y mano en alzada indica sea acompañada. Junto a la casita, un río y seres diminutos en hormigueo moviéndose y atareados en diminutas faenas laboriosas. Quieto parao, el juego, se quedan todos al ver condesa veloz resbaladiza loma abajo y trás ella mediano hombre con cesta y tapa movible.
Al llegar miradas cruzadas asombradas unos de otros u otros de unos. Tras de venir la condesa toca con dedo huesudo el cachirulo del ser más próximo.
- ¿Qué llevas ahí ser de barba blanca? -dijo la condesa amortizada tocando un cachirulo color rojo.
- Bienvenidos sean seres grandes y eso que toca, señora es un sombrero, ¿desean entrar en nuestra humilde morada?, algo podrá ser ofrecido, parecen agotados de senderos y...
- Primero -dijo adelantándose otro ser de igual estatura- hemos de presentarnos, éste que habló en primer lugar se llama Sabio y aquí atrás se encuentran el resto de hermanos, adelántense y vayan diciendo su nombre, yo soy Bonachón y... vengan, vengan sean corteses...
La condesa clava mirada recaudatoria en los siete seres y relame conciencias mientras frota manos no por frías sino para animar a su sangre, ya alegre, a recorrerla más rápido.
- Dormilón - dice uno, tras inclinación de cabeza.
Y así hasta completar los siete, que restan -sin menosprecio- Mocoso, Romántico, Mudito y Gruñón se fueron presentando.
La condesa mudita también pero por otros menesteres, levanta mano e indica a Thorko lleve a cabo la misma operación.
- Queridos seres, soy Thorko fiel sirviente de la condesa -y dirigiendo pequeño brazo señalativo-ella es la condesa Bathory esposa de...
- Calla, maldita sea Thorko, y vosotros seres de dónde habeis surgido, nunca supe de vosotros, decidme...
- Condesa Bathory, ya que soy nombrado por sabio, seré yo quien tome la palabra, vivimos desde siempre aquí, al menos, desde donde nuestra memoria rememore. Así que nada nuevo digo, tampoco nosotros nunca supimos de su existencia como seres altos y lo extraño es que días hace hemos tenido, con vos y su sirviente, encuentro y conocimiento de dos seres altos, el caso de no incluir a vuestro sirviente no es olvido pero el hállase en mitad justa de vos y nosotros, bien... retomo, la semana pasada encontramos salvamos alimentamos y cuidamos a una joven, ésta...
- ¿Así que hállase una joven, seguramente con blanca piel, ahí en esa casita? -dice la encabronada ahora ensimismada-.
- Sí condensa, nos relató que huyó de una madrastra cruel y malvada, y ahora -dice con hombros que encoje- vive con nosotros.
- No debereis preocuparos por ella, yo la cuidaré eficazmente. Díselo tú Thorko -y fija mirada en diminuta puerta por la que atraviesa joven de sonrosadas mejillas de piel blanca y es tal su fijeza que logra ver la sangre de ésta corriéndole por las venas, y relame labio-.
- Sí, sí.. juro sobre mi corcova curva el exceso de disfrute que obtendrá mi señora en el cuidado de la joven de piel blanca y sonrosadas mejillas.

viernes, diciembre 23, 2005 |

doquiera que estemos los fracasados tenemos la piel grata a los sentidos

Me gusto cuando tenso palabras, las llevo al límite presionándolas para al final mofarme de ellas y ridicularizarlas.
Poseo una larga lista que por tedio no reproduzco, porque acabaron por producirme un aburrimiento extremo e indescriptible.
Esta lista de palabras ha sido prácticamente borradas con toda la celeridad de la que he sido capaz.
Hay momentos que son y resultaron prácticamente inútiles. El dolor cuando da como resultado una inutilidad te hace, por arte de magia, desaparecer el alma.


Y ahora voy a referir un hecho fabulado con falsa trama, falso personaje y falsa moraleja (por puro placer).
Érase una vez que se eran tres individuos extraños y singulares. De naturaleza simple eran y encomendados a cualquier deidad que les manifieste lo dulce de lo inmediato, rápidos en el decir prácticos en el desdecir. Era uno que se era de color rojo, con blancos por doquier, creado por mano mercenaria que dibuja para refrescos company, dedicado éste a la venta de presentes. Era otro que se era de color verde, reciente él, coloreado y cambiado y mermado por móviles company, dedicado a la venta del tiempo y el decir. Era el tercero que se era de color azul, el más rápido en conducir de la mente mala a la mano. Durante siglos prepara una tarta de enormes dimensiones, tan grande que causa terror, pero él sigue aderezándola con más y más capas de dulzones sabores. En su deseo está el comer trozos de la misma, pero le resulta imposible puesto que una fuerza irresistible le obliga a seguir aderezándo la tarta, capa tras capa. Tal tamaño tomó ésta que le fue imposible probar bocado y acabó por pudrirse, dedicado este a la venta de ilusiones.




Pronóstico del tiempo para mañana, heladas frágiles para finas capas de hielo que cubren carreteras para lo lejos. Vientos gélidos que hielan almas. Lucirá un sol falso que promete dar calor a los humanos pero sólo hará que se derritan las tartas.

jueves, diciembre 22, 2005 |

DRESCREAMOS E IGNOREMOS

Drescreamos, desconfiemos
desconsideremos deshagamos
descomprendamos, desrespetemos
desamparemos desconjuguemos
desatendamos, desidolatremos
desconozcamos desayudemos
desqueramos, desoyamos
desdeseemos desperdonemos
desprotejamos, desanimemos
desaliviemos desnecesitemos
desauxiliemos, desfavorezcamos
desprendámonos desmuramos
desaforemos, deshabilitemos
desamemos destruyamos
e ignoremos
a los amantes hambrientos, violentos de piel ocre
a los amantes saciantes, pretendientes de verborrea
a los indecisos y huidizos de relleno
a los amantes incesantes dulces críticos salvajes agónicos
a los amantes bilingües desalmados
e histriónicos.

Aprovechando la llegada amenazante de Navidad... martes, diciembre 20, 2005 |

quiero decir que siento una profundísima animadversión por todos aquellos varones que vistan pantalón vaquero y jersey de lana negro.
De igual forma siento verdadera repugnancia por todos aquellos varones de complexión fuerte que vistan pantalón vaquero y jersey de lana negro.
Hoy me causan una impresión enormemente desagradable todos aquellos varones de complexión fuerte, comprendidos entre veinte y treinta años que vistan pantalón vaquero y jersey de lana negro y lleven como complemento mi carísimo bolso granate que no combina en absoluto con su pantalón vaquero y jersey de lana negro.
Por todos los hechos causantes anteriormente expuestos puedo condenar y condeno a cualquier varón que reuna todas las características antes mencionadas a un giro en seco de su cabeza noventa grados, lo que supondrá que su cara quede donde ahora está su nuca y su nuca donde está ahora su cara, tal giro no le supodrá ningún dolor pero jamás podrá volver a su posición incial, su cara verá siempre su feo culo, molestia que heredarán los hijos de sus hijos por los siglos de los siglos.
Es más y sumo y digo que los hechos imputados suponen por parte del citado varón la comisión de una falta muy grave tipificada como tal por mí, número 1 letra A de mi escala, por ello he decidido que su lengua se bifurcará en dos y tomará tales dimensiones en su longitud que siempre arrastrando la llevará, día y noche ésta será pisada por él mismo en su caminar.
De igual forma le condeno al ostracismo no político que si de cualquier amigo, a que el bolso granate jamás pueda ser despegado de su mano sustrayente pues así usted lo quiso y jamás combine con atuendo propio o prestado, a sensaciones leves de mareo cincuenta y nueve minutos de cada hora de su vida y pequeños vómitos recurrentes el minuto restante de cada hora de esa su misma vida, a jamás ver colores y verlo todo de un amarillo fosforescente cegador, a caminar siempre acechante hacia atrás (o hacia adelante teniendo en cuenta la posición de revés de su cabeza), a vestir, como única prenda, una falda escocesa de abertura lateral de cuadros de vivos y alegres tonos azules (para que nunca combine con el granate de mi fantástico bolso), a sólo poseer como tema de conversación (y con ello ser el genuino representante del aburrimiento social más tedioso jamás visto) lo contenido en mi bolso, a calzar dos números menos en cada uno de sus pies bailando un sin fin de jotas, fox-trot y corridos mejicanos.
En definitiva y aprovechando la llegada inminente de una Navidad amenazante le condeno a vivir con usted mismo eternamente.
Procede lo anterior a sentencia firme desde el día de la presente.

lunes, diciembre 19, 2005 |

- Pardiez... pareciome que en esta ocasión no te equivocarías.

Mi primera reacción al oir esa voz fue salir huyendo, como alma que lleva el diablo, pero había algo en el pasillo que no me dejaba avanzar, algo que no llegué a ver, pero que se interponía entre mi huida y yo. Desandé mis pasos tan sutilmente que ni rocé el suelo e intenté planear con alas quietas hasta la cocina y salir en un aguantar la respiración por la campana extractora, pero no recordé que se me olvidó volar y sólo alcancé a dar diminutos y ridículos saltitos intentado remontar un vuelo que ya dije olvidé. En éstas estaba cuando de nuevo oí la voz que decía:

- ¿Hablo en un idioma no entendible para ti o es que no estás en disposición de oír?.

- ¿Quién eres? -acerté a decir con voz entrecortada- ¿qué quieres?, sal de donde estés.

- He que estoy a dos palmos de tu nariz ¿pues no me ves?, ay pardiez que quizá olvideme de exigir mi cuerpo corporeo y aquí me hallo delante de una que mira como cazando moscas, en fin.. retomemos como anteriormente dije y me reitero en que... pardiez..., dije, pareciome que en esta ocasión no te equivocarías.

- ¿A qué te refieres? y a todo esto ¿quién eres?.

- Ay que debí comenzar por presentarme que en esto del trato con humanos ando desmemoriado, enmendaré tal error diciéndole que soy El Espíritu de la Semana Venidera, pero no has de confundirte, pues no concedo deseos, así que ni osar con preguntar. Pareciome que arrastras todo el día un dolor de cabeza ¿miento?.

- No, no mientes ¿y contra el dolor de cabeza tienes algo?.

- Rayos, centenas y peces en el mar ¡pues no, no me oiste! y no, no llevo ungüentos ni pociones ni milagros quita dolores de cabeza, niña. Sólo vine por tu defraude, para recordártelo pues parece que últimamente y posteriormente y siempremente olvidas, siempre olvidas. Yo, yo soy un.. un hacedor de recuerdos.

- ¿Y tengo algún tipo de premio por haberme equivocado? -dije sonriendo a ningún lugar, sin ver-.

- Sin sarcasmos niña, ni sarcasmo ni ironía, pues marcho y te dejo la tela esa invisible de pasillo y sin salir de casa que te quedas ¿escuchaste?.

- Sí -ahora seria- mil disculpas. Dijiste que eras un hacedor de recuerdos ¿a qué te refieres?.

- Mal te cuidas si tan pronto olvidas. Pues ¿no recuerdas un "quiero igual que tú"?.

- Eso, mi querido espectro fue una patochada sin importancia, algo sin sentido -dije pero temerosa de que leyera mentes también el fantasma-.

- No mientas niña, que yo sobrevolábate mientras escribías. Uy las doce he de partir en caso contrario me hago corpóreo y de castigo me saldrá chepa. Adiós, ten buen día.

Y como vino así se fue, eso creo pues no antes ni en su partida logré ver nada. Me quedé quietita sin abandonar el lugar donde hablaba sin ver. Y pensé. Pensé que debo de venir con error de serie.

viernes, diciembre 16, 2005 |

Repitiendo catálogos "serie oro".

Últimamente ando atravesando paredes
y derribando sombras;
en descansos solicitados
que no repercutidos
plancho esquinas
y almidono boulevares.

Y así,
al tiempo que pasa,
en alfombras de hielo,
consigo engañarlo.

Los timadores de sueños
viajan en barcos voladores
tienen las manos de color azul
y saben contar incluso hacia atrás.

lunes, diciembre 12, 2005 |

Vuelco de unos 21 gramos

La corresponsal se atusa el pelo mientras sonríe y cuenta muertos. Un triunvirato de reyes magos en una timba cuentan robos y peleas. Gente que sonríe. Mi ojo izquierdo no para de llorar desde ayer a estas horas, "ve al oculista" le dice el mamón del otro, no caí hasta ahora que acabo de torcer la cabeza y la lágrima ha caido sobre el hombro y ha manchado el vestido y he tenido sensación de humedad. Seguramente vuelco más sensaciones sobre el y si a eso le sumas otra volcada de 21 gramos lo tengo jodido. Ellos están enconados, no es asunto mío pero me manchan el vestido, las lágrimas y sinceramente me sabe mal, su enconamiento -con palito horizontal arriba sería diferente, pero también problemático por lo de unirlos y quitar la nariz- definitivamente intentaré un acercamiento no literal, haré que uno tiernamente mire al otro, con cuidado no sea que me dé un aire y me quede estrábica y de nuevo lo tengamos jodido; que se apene uno del otro y otro del uno, uno por aparentar y el otro por llorón, que a la sazón sólo se tienen ellos. Que como sigan así les pongo en pelea de gallos como diversión pública.
Una vez monté en globo. Fue, creo, hace unos 4 años. Por la noche. Vi mi ciudad desde arriba. Entonces no me lloraba el ojo.

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Poseo una oreja gigante y suntuosa, con entidad propia, por la que oigo el pasado. De igual forma me enorgullezco de poseer un brazo kilométrico y elástico de elegante porte que va soltando hostias a diestro y siniestro, su extensión está intimamente relacionada con la conciencia tras los guantazos, a mayor longitud menor sentimiento de culpa. Mis piernas amanecieron ligeramente escamadas en verde, los dedos se afinan y las uñas tienen ya dos vueltas, lagarto, lagarto.... De unos días a esta parte se me han instalado unas tribus africanas en el estómago, de largos cuellos anillados, que no dejan de tocar los timbales, bombos, ukeleles y trompetas amarillas de plástico, cuando una desfallece la otra le toma el relevo y comienza el ritual de cánticos y danzas, hartita me tienen.
Ponme música y no me dejes dormir.

Sí soy así. sábado, diciembre 10, 2005 |

Punto Desdoblarse. Para que él, en el desdoblamiento, pueda invertir términos, ser objetivo... y más que no enumeraré ahora vaya que se cumplan me vea desdoblada y actuando como el vizconde demediado.

Ausentarse. Durante breves segundos. Sin importancia. En elección continua, en perpetua consonancia con el desdoblamiento.

Heridas. Leves. Las menos. Las otras. Las más. Sumidas entre puntos que las distancias las desdoblan y las ausentan.

Características. Adjetivadas ellas aún por definir faltando palabras.

Momentos. Que caen por ásperos e insulsos -adornados-.

Reirse. A toda costa -adornando los momentos-.

Mineralizarse y vitaminarse. Para la hormiga atómica.




Él me dice que duerma del lado izquierdo pues aunque el corazón está en el centro del pecho, éste con el tiempo tiende a desplazarse unos milímetros hacia el lado derecho y durmiendo del lado iquierdo se evita que caiga todo el peso sobre el y así duele menos.

martes, diciembre 06, 2005 |

Cuento de Navidad I
Introducción

Los creativos de fiestas de guardar y celebraciones varias se pusieron manos a la obra allá por el mes de junio y pensando, pensando ellos, poseedores del poder de la innovación, crearon un mozuelo rojo, rechoncho, de poblada barba blanca y mullida panza, para colgar en balcones, terrazas y similares. Sin entrar en una disquisición o detalle pormenorizado de su buen o mal gusto -el de los creativos-, pues ya que están colgados en miles de hogares de esta España nuestra, esta España mía, diré que jamás colgaré tal mozuelo de mi balcón.
En esta línea final de esta introducción paso a anunciar el siguiente texto y que es fiel reflejo de lo que me ocurrió una fría mañana del mes de diciembre del presente año.

Cuento de Navidad I

Erase una vez que se era una Sinmás junto a un día festivo anunciador de futuras fiestas navideñas. Y ésta que se levanta extremadamente turbada -por acontecimientos que no vienen al caso y que no harían sino abandonar el tono jocoso del cuento- pero con el firme propósito de ordenar su vida. Busca en refranero alguna frase grandilocuente que la acompañe en su renacer, y busca que te busca que no da con ninguna, y que inventa una que más tarde hará en frase bonita, rimada y adornada, ésta viene a decir algo así como "si quieres tu vida ordenar por tu casa has de empezar". Puesto que su casa ordenada y limpia estaba no le queda más opción que limpiar ventanas, que contienen cristales y persiana. Con trapo y escaleras trepadoras en mano presta va, se instala en segundo escalón e inicia turbulencias limpiadoras con mano que trapo sostiene. Y ocurre que para limpiarlos por la parte exterior ha de sacar mitad de cuerpo a la calle que cae, antes de ésta, su salida, mira en todas direcciones y sucedió que miró al lado derecho y que en el balcón contiguo vió un Papa Noël colgado de la baranda balconil, sin darle más importancia pero con sonrisa contraria a la complicidad sigue con su quehacer ordenador de vidas, tras tres nuevas pasadas turbulentas de trapo oye una voz que dice:


- Oye tú, sí you.

Sinmás se gira en todas direcciones pero no ve alma viviente de la que pudieran salir tales palabras, y dos segundos más tarde vuelve a oir:

- Eh listen to me, tú sí, look at me estoy aquí -aunque ella seguía buscando algún ser- aquí, al lado, balcón... look at me!

Atónica Sinmás mira al que está colgado del balcón contiguo y que a duras penas se sostiene con una sola mano para la otra poder agitar y así llamar la atención.

- ¿Me dices a mí? ¿Es esto una broma?. A ver.. que salgan los escondidos y así poder reirnos todos.

- No, no, I´m el que talk to you -y ella afina mirada pues ve que el mozuelo mueve labios que hablan- ¿please, can you bajarme de aquí?.

- ¿Cómo dices?, ¿eres un muñeco? no es posible que hables- le dijo Sinmás sin poder salir de su asombro, que como era suyo no tenía porque abandonar-.

- And you, why haces tantas question?. Pues no ves soul of cantaro que llevo one day colgado aquí and still me quedan one mes, reye´s finally, y mis hands empiezan a fallar, and my legs comienzan to die, and fíjate en el saco lleno de presents que llevo atrás, pesan do you know?. Please apiadation of me, descuélgame.

Ensimismada y sin poder apartar la vista del muñeco de rojo parlante sólo pudo decir:

- De entrada siempre he defendido los derechos tanto de los enanitos de jardines como, próximamente, los de los papa noeles colgantes. pero de ahí a descolgarle ¿no cree que si me sorprenden sus compradores podríamos crear un problema vecinal?. Me pone en un aprieto de tremenda envergadura, ¿lo entiende?.

- I know, but, do you imaginas colgada one month de un balcón?, así que defínete, por tu placentera life o el riesgo of liberation un Papa Noel colgante, arriésgate baby.

- ¿Arriésgate baby? -y de ella brota carcajada divertida- pero con una condición, y es esta, en caso de que me detengan por entrar desaforadamente en hogar ajeno y descolgar muñeco "parlante" usted no se hará pasar por lo que anteriormente dije y sí hablará y sí explicara todo a todos, ¿de acuerdo?.

- Ok, en that quedamos, and after la invitaré a un coffe y I tell you chismes of your neibourgh.

De nuevo con carcajada en el cuerpo Sinmás se encamina rápida y urgentosa a la puerta vecinal, toca timbre, mujer que sale, ella que la aparta con la absurda excusa de que un calcetín volador saltó, desaprensivo el, a su balcón. La señora vecina que la sigue y persigue con un "pero ¿qué haces?, no puedes entrar así en mi casa", y ella que abre balcón y suelta cuerdas que aprisionan al mozuelo rojo. Éste que cae de espaldas, con la estimable ayuda de saco contenedor de regalos que le amortigua en su caida. Ella que corre, señora vecinal que la persigue con igual frase. Y ahí tenemos a Sinmás, rescatadora de papa noeles colgantes, largándose a tomar un café con uno de ellos, y así dicen:

- Oye, thank you. Ya tenía ganas de estirar legs.

- De nada, y dime ¿por qué hablas así, mezclando inglés y español? y también dime ¿cómo es que hablas?.

- A la first I tell you that tengo verdaderos problemas of idioms, because voy de un country a otro, mi zona de acción era E.E.U.U. y América Central, by the way mezclo los dos idioms, and the second question pues the same that you hablas no te jode... moviendo la boca.

- Tú sé más condescendiente, pues acabo de salvarte de pasar unas navidades colgado en un balcón.

- Ok, sorry, muy, my sorry. Agradecido te estoy, you know. Estás guapa today -le dice sonriéndole y con mirada aprobadora- this morning al despertarte dabas true terror.

- Eh, ¿no me oiste lo que te dije antes? aún estoy a tiempo de volver a colgarte en el balcón y de alguna parte de tu cuerpo que te cause más dolor, advertido quedas.

- Cumplido I wait que fuese but simply un "estás guapa hoy" -a lo que ella, sin mirarle, sonríe- listen to me, ¿no te parece that Kevin Costner se está quedando calvation a pasos agigantados? the last vez that I give regalos de navidad a él, hacía verdadero frío demoledor, and he had true problems to apaciguar los restos de su pelo, de igual forma cuando I give presents to Woody Allen he was un poco agnóstico en cuanto a Papa Noël se refiere, no te digo.... aunque al final sí que aceptations the presents, otro caso the same interés es el de Ed Wood, he always pedía jerseys de angora, y...

- Oye ¿tú nunca descansas de tanto hablar? - y él que calla y Sinmás que le mira- va... continúa.

Y dos van, en mañana de frío aplastante.

viernes, diciembre 02, 2005 |

Hoy me hago pasar por... (El juego de imitación)
Es de noche, una noche que empieza por lo que aún se muestra azul. Junto a un árbol hay un viejo, viejo hasta no poder más, compuesto él de una largísima barba blanca que en su inmensidad se confunde con su cabellera también larga y blanca. Viste única túnica larga de igual color, y todo él brilla en esa noche que aún se muestra azul. Constantemente se mira sus manos y las dirige con golpes secos hacía un árbol esperando convertir éste en algo animado que ya olvidó pues una y otra vez repite sortilegios y en cada uno de ellos va cambiando el ser en el que espera convertirlo.
- Hace cien años te habría convertido en pez con sólo mirarte. Hace cien años no tenía mis manos secas, . Yo era un dios.
Dice, y al terminar cae exhausto y abatido, arrastrándose se apoya junto al árbol que el quiso como pez, suspira y recuerda la primera vez que la vió, y le asalta la única sonrisa que se permite, una por cada recuerdo de ella. Le dedica una a su caminar descalza, sigilosa, sobre piedra; y la siguiente a ese mismo caminar sobre hierba, junto al río, . Esta noche que aún es azul será recorrida por su caminar.
- Hace cien años, a lo más, que se me secaron las manos y cien que te fuiste. Y ya nunca más fuí dios.
(Mis más sinceras disculpas al imitado, sé benevolente)